Chile ha venido transitando por una crisis social que se hizo visible con el estallido social de octubre pasado. Sin duda, la indignación gatillada no solo por el alza de los pasajes en el metro, sino también por factores como la baja calidad del sistema público, sobretodo salud y educación, la evasión de impuestos de algunos líderes políticos, las colusiones empresariales, etc. mostraron una realidad social desigual, injusta, suscitando un estallido que demandaba a gritos, equidad, dignidad y justicia social. Hoy, en el presente se abre una gran oportunidad de decidir democráticamente un nuevo pacto social, a través de una nueva Constitución que fije las bases de nueva sociedad chilena, que se construya bajo un paradigma más humano , colectivo, que fortalezca la dignidad y la justicia.
Ante esto, en la teoría de justicia social propuesta por Nussbaum (2007) se alista una nómina de capacidades fundamentales que son la base social mínima decente en una variedad de áreas. Según la autora esta lista representa años de discusión intercultural y sus distintas versiones representan la entrada de distintas voces que la han moldeado, por tanto representa un «consenso superpuesto». La nómina a continuación:
1. Vida. Poder vivir hasta el término de una vida humana de una duración normal; no morir de forma prematura o antes de que la propia vida se vea tan reducida que no merezca la pena vivirla. 2. Salud física. Poder mantener una buena salud, incluida la salud reproductiva; recibir una alimentación adecuada; disponer de un lugar adecuado para vivir. 3. Integridad física. Poder moverse libremente de un lugar a otro; estar protegido de los asaltos violentos, incluidos los asaltos sexuales y la violencia doméstica; disponer de oportunidades para la satisfacción sexual y para la elección en cuestiones reproductivas. 4. Sentidos, imaginación y pensamiento. Poder usar los sentidos, la imaginación, el pensamiento y el razonamiento, y hacerlo de un modo «auténticamente humano», un modo que se cultiva y se configura a través de una educación adecuada, lo cual incluye la alfabetización y la formación matemática y científica básica, aunque en modo alguno se agota en ello. Poder usar la imaginación y el pensamiento para la experimentación y la producción de obras y eventos religiosos, literarios, musicales, etc., según la propia elección. Poder usar la propia mente en condiciones protegidas por las garantías de la libertad de expresión tanto en el terreno político como en el artístico, así como de la libertad de prácticas religiosas. Poder disfrutar de experiencias placenteras y evitar los dolores no beneficiosos. 5. Emociones. Poder mantener relaciones afectivas con personas y objetos distintos a nosotros mismos; poder amar a aquellos que nos aman y se preocupan por nosotros, y dolernos por su ausencia; en general, poder amar, penar, experimentar ansia, gratitud y enfado justificado. Que nuestro desarrollo emocional no quede bloqueado por el miedo y la ansiedad. (Defender esta capacidad supone defender formas de asociación humana de importancia crucial y demostrable para este desarrollo). 6. Razón práctica. Poder formarse una concepción del bien y reflexionar críticamente sobre los propios planes de la vida. (Esto implica una protección de la libertad de conciencia y de la observancia religiosa). 7. Afiliación. A. Poder vivir con y para los otros, reconocer y mostrar preocupación por otros seres humanos, participar en diversas formas de interacción social; ser capaz de imaginar la situación de otro. (Proteger esta capacidad implica proteger las instituciones que constituyen y promueven estas formas de afiliación, así como proteger la libertad de expresión y de asociación política); B. Que se den las bases sociales del autorrespeto y la no humillación; ser tratado como un ser dotado de dignidad e igual valor que los demás. Eso implica introducir disposiciones contrarias a la discriminación por razón de raza, sexo, orientación sexual, etnia, casta, religión y origen nacional. 8. Otras especies. Poder vivir una relación próxima y respetuosa con los animales, las plantas y el mundo natural.9. Juego. Poder reír, jugar y disfrutar de actividades recreativas. 10. Control sobre el propio entorno. A. Político. Poder participar de forma efectiva en las elecciones políticas que gobiernan la propia vida; tener derecho a la participación política y a la protección de la libertad de expresión y de asociación. B. Material. Poder disponer de propiedades (ya sean bienes mobiliarios o inmobiliarios), y ostentar los derechos de propiedad en un plano de igualdad con los demás; tener derechos a buscar trabajo en un plano de igualdad con los demás; no sufrir persecuciones y detenciones sin garantías. En el trabajo, poder trabajar como un ser humano, ejercer la razón práctica y entrar en relaciones valiosas de reconocimiento mutuo con los demás trabajadores.(Nussbaum, 2007, p 78-79-80)
Dentro de esta nómina de destaca la capacidad emocional, pues integra algunos elementos esenciales para generar consensos sociales en contextos inciertos y en crisis, permitiendo a las personas establecer relaciones profundas/amorosas que facilitarían una convivencia armónica, fortaleciendo la justicia social, el desarrollo moral y la empatía social. Esta convivencia armónica, requiere procesos personales que promuevan un autoexamen que permita comprender cada una de nuestras dimensiones personales frente a nuestras acciones, motivaciones, incoherencias, modelos, etc, es decir, desarrollando procesos de aprendizaje personal que permitan "conocernos a nosotros mismos".
Desde ahí, esta capacidad sería un fuerte impulsor de justicia social, pues posibilitará regular el miedo y la ansiedad frente a los/as distintos/as, comprendiendo a la persona desde nuestra propia comprensión. Esta comprensión y apertura/disposición al otro, sería un sine qua non para impulsar el encuentro social, el cual a su vez facilitaría el aprendizaje mutuo y el pensamiento compartido, es decir una experiencia compartida, que permita expandir la comprensión y construir en conjunto la realidad.
En este sentido es crucial diseñar herramientas o estrategias que permitan fortalecer la capacidades emocional, ya sea a nivel familiar y/o escolar. Dado que es un fuerte impulsor de comprensión personal y social que son la base de la justicia social.
Con todo, invitamos a la reflexión y a la acción socioeducativa para educar el ser humano y así reparar la sociedad. “La educación es la energía primera de la humanidad, útil no sólo para crecer, sino también para repararse. Su fin último es la evolución humana o complejidad de conciencia generalizada” (De la Herrán, 2011, pp 257).
Autora: Soledad Castro Castro
Referencias Bibliográficas:
- De la Herrán, A. (2011). Reflexiones para una reforma profunda de la educación, desde un enfoque basado en la complejidad, la universalidad y la conciencia. Educación XX1, 14 (1), 245-264. https://doi.org/10.5944/educxx1.14.1.271
- Nussbaum, M. (2000). La ética del desarrollo desde el enfoque de las capacidades. En defensa de los valores universales. En M. Giusti (Ed.), La filosofía del siglo XX: balance y perspectivas (pp. 37–52). Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú
-Nussbaum, M. (2007). Las fronteras de la justicia. Barcelona. Paidós.
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